Tener una mente más ágil y que esté más preparada para albergar nuevos conocimientos y asimilarlos mejor es posible con una serie de actividades que se pueden insertar perfectamente en las rutinas diarias.
La primera de ellas es ejercitar la mente de forma directa. Para ello, nada mejor que hacer cálculo mental. Es decir, sin la ayuda de lápiz y papel y, por supuesto, sin la calculadora. Se puede empezar con operaciones matemáticas sencillas como sumas con pocos dígitos para ir, progresivamente, aumentando el nivel de dificultad y hacer mentalmente cálculos más complejos como divisiones, raíces cuadradas…
Otra de las vías posibles es memorizar. Por ejemplo, se puede coger el fragmento de un libro, una poesía, una canción… cualquier texto e, incluso, dibujos u objetos que luego se reproduzcan sobre, por ejemplo, un papel pueden servir. Son prácticas sencillas que también contribuyen a estimular las regiones cerebrales vinculadas con la inteligencia.
Y, por supuesto, hacer ejercicio de forma periódica, mejor si es diariamente. Entre las actividades más indicadas está el aeróbic u otras prácticas en las que haya que memorizar coreografías o movimientos rítmicos. No obstante, si no se es aficionado a hacer ejercicio, la alternativa es el baile. Y, ¿por qué es positivo en este caso? La respuesta es sencilla: la actividad física ayuda a mejorar la concentración y a procesar nuevos conocimientos, ya que hay que recordar los pasos o movimientos que se almacenan en el cerebro.
Otra buena práctica sonlos juegos de malabares y las manualidades. Pueden ser de muchos tipos pero, para que realmente sean útiles, tienen que conllevar movimientos de las manos. Por ejemplo, hacer punto, ganchillo, bolillos o bien los juegos de malabares y similares son idóneos. La clave radica en que se mejoran las habilidades motoras, que están asociadas al cociente intelectual.
Y, finalmente, aunque parezca increíble y sorprendente, hay que dormir la siesta. El motivo no es otro que durante este sueño se ayuda a almacenar los conocimientos. En este proceso, se pasan del hipocampo a la corteza cerebral. De este modo, se libera esa parte del cerebro para que pueda albergar nuevos conocimientos que se vayan adquiriendo.(Aprende+.com)
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